martes, 23 de enero de 2018

Día 3. El castillo de Chambord y la ciudad de Tours.

Atentos a las palabras clave de la entrada de hoy en este blog: poder+belleza y Valladolid.

El primer término que usaré como parte del hilo conductor es la belleza asociada al poder. Para mí el castillo de Chambord es una muestra más de las muchas que existen en el mundo donde lo bello se pone al servicio del poderío, en este caso de la familia real francesa. Las cifras de Chambord delatan esta estrecha relación: 77 escaleras, 156 m de fachada, 282 chimeneas, 800 capiteles y más de 400 habitaciones. No, no es un error. Más de cuatrocientas habitaciones. Los símbolos reales son incontables dentro del castillo y la escalera central de doble vuelta es espectacular. No en vano detrás está la mano de Leonardo Da Vinci que aunque murió antes de que el castillo se acabara, sí se siguieron sus planes arquitectónicos.

Nos ha llovido y hacía frío pero estábamos tan impresionados por el lugar que no hemos parado quietos de acá para allá.



La segunda palabra clave es Valladolid. Diría más: Valladolid es sinónimo de Tours. Las dos tienen  río, una el Pisuerga y la otra el Loira. Las dos son grandes ciudades de interior con sus trenes de alta velocidad. Ambas se ven con mucho ambiente y unos centros históricos muy cuidados. Y, lo que más me ha sorprendido, es saber que en las dos existe la creencia de que se habla el mejor español y francés de España y de Francia, respectivamente.

Pudimos solo disfrutar de Tours durante 2 horas, sobre todo dedicadas a comer y compras pero hubo quien se pudo acercar a la Catedral o al Viejo Tours. 



Una vez más, el comportamiento de los chicos ha sido impecable. Muy ruidosos en el autocar porque no han dejado de cantar ni un solo segundo pero eso es lo que nos caracteriza: mucha alegría. Yo creo que por eso ha llegado a salir el sol un poquito a la vuelta...



Hoy, al igual que ayer en el castillo de Ángers, nos ha acompañado Julia, una cordobesa que trabaja como auxiliar de conversación de español en el Liceo David D'Ángers. Ha sido un auténtico placer para todos contar con esa sonrisa andaluza ayer y hoy.

Mañana, segundo asalto a Ángers. En esta ocasión seguimos con la cultura angevina pero nos movemos de la Arquitectura a la Pintura y a la Escultura. ¡Viva el Arte con mayúscula!

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