sábado, 27 de enero de 2018

Fin. De Ángers (Francia) a Estepona (España).


La mañana era fría aunque el cielo estaba totalmente despejado en Ángers (Francia). 

En la plaçe du Lycée estábamos todos, franceses y españoles, esperando al autobús para salir camino del aeropuerto de Nantes. Mirábamos el reloj y a la vez el cerebro no paraba de trabajar. Nuestro centro de mando se llenó de hiperactividad. Por una parte, recibía mensajes de SOS del corazón y nuestro sistema nervioso enviaba señales urgentes de tristeza a los demás órganos. Por otra parte, pedías no llorar. Intentamos mandar un mensaje de control. Respiramos profundamente. Nos serenamos. ¡Volvemos a casa! Veré a los míos... !Alegría! Pero la memoria iba por sus fueros y nos jugó una mala pasada haciendo revenir recuerdos de los momentos más emotivos vividos esta semana. ¿Por qué? Si lo teníamos ya todo controlado. De nuevo, nuestro cuerpo se ponía en modo nostalgia. ¡Qué locura!

Así nos hemos sentido durante toda la jornada de hoy. Como en una montaña rusa de las emociones: mal, bien, regular, mal, regular, bien... Es lo que suele pasar en las despedidas. 

Las familias, sus hijos y el profesorado francés han dado, con creces, la talla. Nos han acogido con cariño, hospitalidad y responsabilidad. 

Ya contamos los días para que también nosotros podamos demostrarles que somos unos estupendos anfitriones y que haremos todo lo posible para que tengan una semana (del 12 al 19 de mayo) MARAVILLOSA en el instituto Monterroso de Estepona (España).

Acabamos con un agradecimiento a todos aquellos que han hecho posible este intercambio lingüístico-cultural. Ha sido toda una experiencia internacional. Merci a tous!!!


viernes, 26 de enero de 2018

Día 6. Clases en el Liceo y el Ángers de la otra parte del río.

La mañana empezaba con el timbre del Liceo. Un sonido mucho menos estridente  que el nuestro indicó a las 8 que todos se fueran a las aulas. Asistieron de dos en dos y durante 4 horas a clases de 4°ESO (Seconde), 1°Bachillerato (Premiere) y 2°Bachillerato (Terminale). Las materias han ido de las Matemáticas a la Economía, pasando por idiomas (Inglés, Español, Italiano...). Algunas estudiantes de Humanidades han asistido a clases de Literatura Francesa e Inglesa, mientras que otros de Ciencias fueron al Laboratorio de Biología. Alguno se bajó al Ágora durante una hora porque el grupo asignado tenía examen.

Tras comer y en compañía de Monsieur Mary (profe de Español) y Monsieur Buron (profe de Filosofía) nos hemos ido a conocer el barrio de La Doutre. Es la parte de Ángers que está al otro lado del río Maine. Es uno de los lugares más viejos de la ciudad, cuenta con calles adoquinadas y casas con el estilo "colombage" (de barro y vigas de madera). Allí también está el Hospital medieval de San Juan (finales del siglo XII). En su interior gótico se encuentra el Tapiz del Canto del Mundo de Jean Lurçat. Una obra inspirada en el Tapiz del Apocalipsis del Castillo de Ángers y que vimos el lunes pasado. A través de una actividad didáctica, el alumnado ha ido descifrando los 10 tapices que comienzan con la destrucción y la muerte (bomba nuclear de Hiroshima) y acaba con un canto a la esperanza y a la felicidad (Ornamentos Sagrados).



Con esta última actividad y un día en el que sí salió el sol, se termina el programa de este intercambio. El alumnado se ha ido a celebrar esta última noche de despedida a casa de una estudiante francesa (5 españoles+5 franceses), mientras que otros han ido a un restaurante donde se han reunido la mayoría de estudiantes españoles y franceses. Hay quien también ha hecho algo especial con la familia.

Mañana: traslado de Ángers al aeropuerto de Nantes, vuelo a Málaga y, finalmente, traslado a Estepona. ¡Id preparando los pucheros que vamos con ganas!

jueves, 25 de enero de 2018

Día 5. Nantes, la capital.

La mañana no empezó bien (los alumnos y sus familias saben por qué ya que somos de la opinión de lavar "los trapos sucios" dentro) y la jornada no mejoró. Siguió igual o, incluso, peor.

Bien temprano cogimos el bus con destino a Nantes. En una hora y poco nos encajamos en la capital de la región. Una ciudad con similitudes con Sevilla (puerto fluvial, capital histórica, armadores, comercio con las Indias...) y con nuestra Málaga (número de habitantes, fuerte cambio en los últimos años en base a gran cantidad de inversiones culturales...). 

Hemos visitado: la Isla de Nantes, el centro histórico, la Galería Pommeraye, la Catedral de San Pedro y San Pablo, el Castillo de los Duques de Bretaña y la Torre-rascacielos de Bretaña (el piso 32.°). Intentamos acceder al Memorial de la Abolición de la Esclavitud pero estaba cerrado.

Ha llovido gran parte de la mañana y sobre todo en el Castillo. Y nos ha conducido Monsieur Thierry, el chófer que tuvimos en todas las visitas el año pasado. 

Como no está el estado anímico para escribir mucho más, lo dejamos aquí. Fotos, mejor lo intentamos mañana que nos toca clases en el Liceo (4 horas seguidas) y luego por la tarde disfrutar del Tapiz del Fin del Mundo (versión moderna).

miércoles, 24 de enero de 2018

Día 4. La Ángers museística.

En el centro de Ángers tenemos dos de los atractivos turístico-culturales más significativos de la ciudad: el Museo de Bellas Artes y la Galería David D'Ángers. Están uno al lado del otro y en pleno centro administrativo: la Prefectura, el Instituto Municipal de Formación, la Biblioteca Municipal...

Al de Bellas Artes hemos ido por la mañana. Es un museo que está en un edificio histórico, el Logis de Barrault. Son tres plantas para recorrer la historia de Ángers (restos arqueológicos, fotografías, grabados, cuadros, esculturas, etc.), así como disfrutar de algunas obras de diferentes estilos artísticos (Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, Romanticismo, Impresionismo, Arte Abstracto...). También hemos visto varias salas dedicadas a artistas locales.



Luego, algunos han vuelto al Ágora en busca de su correspondant y otros han seguido por el centro hasta la siguiente hora de reunión: las 2. Ha habido un poco de dejadez por parte de algunos estudiantes nuestros porque algunos alumnos franceses se han quejado de que sus pares españoles ni han aparecido ni han avisado de cambio de planes. Finalmente se ha hablado con el grupo esteponero para que estén más atentos la siguiente vez.


Ya por la tarde nos hemos metido de lleno en la figura de David D'Ángers, escultor angevino que da nombre al Liceo y que legó parte de su obra a la ciudad como muestra de gratitud por haber recibido una beca, allá por el mil ochocientos y algo, para estudiar Bellas Artes en París.



La Galería está situada en una antigua abadía que ha sido restaurada y rediseñada para albergar algunas de las obras de David D'Ángers. Además de disfrutar de las estatuas, bustos, frisos y tímpanos del escultor, algunos estudiantes se han puesto a hacer de dibujantes. Juzgad vosotros mismos aunque  ya os adelanto que el resultado es bastante desigual. Nunca se sabe pero los hay que deberán "buscarse las habichuelas" en sectores poco artísticos... Otros, por ejemplo África o Marina, tienen mucha más proyección en el campo de las artes.




Mañana nos espera la ciudad natal del intrépido Julio Vernes que, aunque casi no se movió de su barrio, fue capaz de crear a través de su literatura mundos lejanos e inimaginables. ¿Os venís a Nantes?


martes, 23 de enero de 2018

Día 3. El castillo de Chambord y la ciudad de Tours.

Atentos a las palabras clave de la entrada de hoy en este blog: poder+belleza y Valladolid.

El primer término que usaré como parte del hilo conductor es la belleza asociada al poder. Para mí el castillo de Chambord es una muestra más de las muchas que existen en el mundo donde lo bello se pone al servicio del poderío, en este caso de la familia real francesa. Las cifras de Chambord delatan esta estrecha relación: 77 escaleras, 156 m de fachada, 282 chimeneas, 800 capiteles y más de 400 habitaciones. No, no es un error. Más de cuatrocientas habitaciones. Los símbolos reales son incontables dentro del castillo y la escalera central de doble vuelta es espectacular. No en vano detrás está la mano de Leonardo Da Vinci que aunque murió antes de que el castillo se acabara, sí se siguieron sus planes arquitectónicos.

Nos ha llovido y hacía frío pero estábamos tan impresionados por el lugar que no hemos parado quietos de acá para allá.



La segunda palabra clave es Valladolid. Diría más: Valladolid es sinónimo de Tours. Las dos tienen  río, una el Pisuerga y la otra el Loira. Las dos son grandes ciudades de interior con sus trenes de alta velocidad. Ambas se ven con mucho ambiente y unos centros históricos muy cuidados. Y, lo que más me ha sorprendido, es saber que en las dos existe la creencia de que se habla el mejor español y francés de España y de Francia, respectivamente.

Pudimos solo disfrutar de Tours durante 2 horas, sobre todo dedicadas a comer y compras pero hubo quien se pudo acercar a la Catedral o al Viejo Tours. 



Una vez más, el comportamiento de los chicos ha sido impecable. Muy ruidosos en el autocar porque no han dejado de cantar ni un solo segundo pero eso es lo que nos caracteriza: mucha alegría. Yo creo que por eso ha llegado a salir el sol un poquito a la vuelta...



Hoy, al igual que ayer en el castillo de Ángers, nos ha acompañado Julia, una cordobesa que trabaja como auxiliar de conversación de español en el Liceo David D'Ángers. Ha sido un auténtico placer para todos contar con esa sonrisa andaluza ayer y hoy.

Mañana, segundo asalto a Ángers. En esta ocasión seguimos con la cultura angevina pero nos movemos de la Arquitectura a la Pintura y a la Escultura. ¡Viva el Arte con mayúscula!

lunes, 22 de enero de 2018

Día 2. El Liceo David D'Ángers y el Castillo de Ángers.

Hoy, lunes, teníamos un programa de actividades dividido en dos partes: la mañana en el instituto y la tarde en el Castillo.

Nos vimos, como estaba previsto, a las 8 de la mañana en el Ágora (Hall gigante del Liceo con un piano, sillas, mesas, sofás, taquillas...). Allí fueron llegando nuestros estudiantes ya que sus correspondants tenían clases algunos a las 8 y otros a las 9. Nos dio tiempo a intercambiar impresiones del finde familiar. Todos contentos y adaptados a la vida francesa. Algunos fueron al cine, otros a patinar sobre hielo, hubo quien tuvo comidas especiales y quien hizo algo de "turisteo".



Luego tuvo lugar la recepción oficial en el comedor escolar. Tras la parte de los discursos de bienvenida (el Sr. Director) y agradecimiento (a cargo del profe de Francés, Luis), hubo la entrega de un regalo institucional del Monterroso al David D'Ángers y un pequeño refrigerio con zumos, bebidas calientes con un bizcocho muy rico.

A continuación visitamos todo el Liceo con el profesor de Historia, M. Ribault. Nos enseñó muchos detalles del instituto con datos históricos la mar de curiosos (la Capilla, el Reloj, los dormitorios antiguos, el Observatorio, la Azotea...).



Luego nos dedicamos a repasar el programa de la semana en el aula del profesor de Español que participa en el proyecto, M. Mary.

Ya no quedaban más fuerzas y tocaba alimentar el cuerpo. El comedor escolar nos sirvió un almuerzo con ensaladas, crema de verduras, pescado, espaguetis y postres varios (fruta, yogur...).

Segunda parte de la jornada: el Castillo de Ángers. Tras atravesar el centro histórico de la ciudad, llegamos al Castillo y pudimos entrar para disfrutarlo. Muchas fotos, mucho viento, bonitas vistas y el tapiz medieval más grande del mundo: La Alfombra del Apocalipsis (7 años en hacer sus 140 metros de largo por 6 de alto en pleno siglo XIV).



A la vuelta al instituto, pasamos por el barrio del Castillo y dejamos media hora de tiempo libre al grupo en la zona más comercial de la ciudad (mucho McDonald's).

A las 5 al Ágora de nuevo y de 5 a 6, "rejuntamiento" escalonado de nuestros estudiantes con sus correspondants.

Hemos felicitado públicamente el comportamiento y la actitud de nuestros estudiantes. Con interés, con educación, con respeto... De seguir así, nuestro trabajo va a ser muy fácil. 

Hemos terminado derrotados de tanto andar y bajar-subir escalera. El día, aunque pintaba lluvioso, nos respetó. Muy ventoso pero nada frío. Bastante otoñal y poco invernal, nos dijeron.

Mañana: el castillo renacentista más espectacular  de todo el valle del Loira. Apassionant!!!! 

domingo, 21 de enero de 2018

Guía práctica (y personal) de cosas rutinarias que nos sorprenden a los andaluces en Francia.

Hoy, día de estancia con las familias de acogida, vamos a contar algunas cositas que nos chocan de estos lares galos. No es una lista cerrada ni contrastada. Esto es así, "a bote pronto". Lo que nos hemos ido encontrando en este día y medio.

Lo primero son las horas de comida. Cambian mucho de manera que cuando nosotros no tenemos hambre, acá se almuerza o se cena. Mientras que cuando ya sí tenemos apetito, aquí no toca comer. Aquí todo es antes y allí todo es después. Esto suele tener consecuencias sobre la hora de ir a la cama. 

Otra diferencia que salta a la vista nada más llegar a una casa francesa es la separación entre el WC, la taza del váter, y el resto del cuarto de baño. Nosotros todo lo juntamos en un cuarto y ellos lo separan en dos: por una parte, donde llevar a cabo temas de evacuación corporal y, por otra, el aseo y la higiene personal.

También se nota todo más silencioso. Aunque haya mucha gente, el sonido ambiente es considerablemente más bajo.

La relación profesor-estudiante. Nosotros somos Luis y Paco. Ellos son Madame Duran y Monsieur Mary. Nosotros nos acercamos más en el trato, mientras que en Francia hay "una distancia" entre profesorado y alumnado.

El color del cielo también cambia. Por aquí, como en toda centroeuropea, domina la escala de grises... Un día más metálico, otro menos plomizo... Gris, al fin y al cabo. Se echa de menos nuestra gama de celestes y azules.

Y ya, por último en clave esteponera, la existencia de un aparato esencial en cualquier casa: el calefactor. Aquí os dejo el de mi habitación. ¡Le adoro!