sábado, 28 de enero de 2017

Ya hemos llegado a Ángers: recibimiento por las familias.


Ya hemos pisado suelo francés. El vuelo llegó a su hora y lo hizo cargado de la ilusión que hemos puesto en este intercambio. Nos estaba esperando el conductor y en una hora y media por autovía nos hemos encajado en Ángers. La temperatura es bastante buena. Con nubes y claros pero muy agradable.


El alumnado francés con sus familias y los dos profesores de español nos estaban esperando en el Liceo. Ahí sí que nos hemos puesto muy nerviosos, la verdad. Todo el mundo gritaba en el autobús y ha sido un momento muy emocionante. Algunos, la mayoría, conocía ya a su alumno "correspondant" por lo que enseguida se han agrupado por parejas. Luego hemos ido a la Capilla del Liceo (no tiene uso religioso, es como una Aula Magna) y allí Florence y Javier (los profes franceses de español) nos han presentado a Luis y a mí, así como han ido llamando al escenario a cada una de las parejas para que se hicieran una foto.



Para terminar la primera jornada, las familias se han marchado con sus nuevos "hijos" a sus respectivas casas. Nosotros, los cuatro profes nos hemos ido a tomar un café/té al centro de Ángers a una cafetería muy chuli en la avenida principal de la ciudad (a unos 10 minutos andando del Liceo).



A Luis y a mí nos ha correspondido vivir con Florence que nos ha acogido con mucha hospitalidad en su casa en el campo. Viviremos esta semana en plena campiña francesa a unos 13 kilómetros de Ángers (unos veinte minutos en coche).

¡Gracias, Florence!

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